El ejercicio continuo es siempre el principal aliado de aquellas personas que buscan una mayor pérdida de grasa a través del ejercicio (carrera continua de baja intensidad, bicicleta estática, elíptica, etc.). No obstante, varias investigaciones han demostrado la ineficacia a largo plazo de estos métodos, dado el poco impacto metabólico que ejercen sobre el organismo.
El entrenamiento de alta intensidad se postula pues, como un método más eficaz tanto en la pérdida de tejido graso como en las mejoras cardíacas y metabólicas del sujeto.
Entre los aspectos positivos de esta metodología de entrenamiento encontramos: aumento de las catecolaminas (epinefrina entre ellas), hormona del crecimiento y cortisol. Factores hormonales sobre los que el ejercicio continuo y de moderada intensidad no consigue influir demasiado.
Pero ¿Por qué es tan importante esta influencia hormonal? Porque hormonas como la epinefrina han demostrado conducir e influir en mayor medida en la lipolisis (combustión de grasa) permitiendo que el organismo la libere tanto de depósitos subcutáneos como intramusculares, pudiendo de esta forma contribuir en mayor medida en la pérdida de grasa abdominal y conseguir ese six pack tan ansiado por muchos.
Los beneficios sobre la pérdida de peso si se acompaña claro está con una adecuada planificación nutricional son muchos, pero no sólo eso. El HIIT produce otros muchos beneficios:
- Aumento de la resistencia aeróbica y anaeróbica: con tan sólo 3 sesiones semanales durante 2 semanas puede aumentar un 13% el VO2max en adultos sanos y hasta un 41% en diabéticos tipo II y pacientes en rehabilitación cardíaca
- Aumento significativo del EPOC (consumo de O2 en reposo después de realizar ejercicio) debido a la mayor activación metabólica producida por la elevada intensidad del entrenamiento (mayor gasto energético que con ejercicio aeróbico continuo)
Consejo experto: el HIIT se ha convertido en un sistema de entrenamiento muy válido para aquellas personas con sobrepeso u obesidad con poco tiempo para entrenar, no obstante no debemos desterrar el ejercicio aeróbico por completo. A medida que aumentamos nuestra forma física conviene combinar ambos tipos de ejercicio (la adaptación metabólica al entrenamiento de alta intensidad también se produce con rapidez) por lo tanto utilizaremos vías energéticas diferentes y aprovecharemos las ventajas de ambos sistemas de entrenamiento para conseguir una mayor pérdida de grasa.
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