La osteoporosis es una enfermedad que se caracteriza por una disminución de densidad ósea que tiene como consecuencia una fragilidad exagerada de los huesos, por lo general afecta más a los huesos que soportan carga importante.
La osteoporosis supone hoy día un gran problema personal y social, produce múltiples molestias en el desarrollo de la vida cotidiana, genera incapacidad y en ocasiones dolor intenso, conforme avanza esta patología el peligro de que se produzca una fractura se incrementa.
Las mujeres tienen una mayor prevalencia de osteoporosis y un riesgo aproximado de 40% de sufrir fracturas por osteoporosis en toda su vida; es decir, 2 a 3 veces más que el varón. Esto se debe a que la mujer tiene menor masa ósea que el hombre, y a esto se acentúa la disminución de estrógenos al llegar la menopausia que tiene como consecuencia una pérdida de masa ósea acelerada y, en consecuencia, mayor vulnerabilidad a la osteoporosis.
De acuerdo con lo dicho, la menopausia es uno de los principales factores de riesgo de la osteoporosis. Existen otros factores de riesgo de osteoporosis como: la raza, sedentarismo, nuliparidad, bajo peso, alcoholismo, tabaquismo, dieta pobre en calcio y rica en fibra, consumo abundante de café, antecedentes familiares de fracturas no traumáticas y diversas enfermedades que condicionan disminución de calcio (diabetes insulinodependiente, EPOC, artritis reumatoide, trasplantes o cáncer).
Dicho esto, decir que la fisioterapia es una herramienta importante en la mejora de la osteoporosis. El tratamiento debe basarse en:
- Ejercicio terapéutico → La inmovilización y la falta de actividad favorecen la osteoporosis. Por el contrario, el ejercicio aumenta la masa ósea debido a que los músculos traccionan del tejido óseo y favorecen su mineralización.
- Educación postural → La osteoporosis puede causar dolor tanto estando de pie, sentado o acostado y el fisioterapeuta enseñará posturas adecuadas y como realizar los cambios de posición.9+-
- Técnicas de relajación → Favorecen la circulación y se retoma un cierto control sobre la patología. Además, el estrés favorece la pérdida de calcio.
Junto con la fisioterapia hay que seguir estas recomendaciones:
- Dieta equilibrada que contenga la ingesta de calcio y vitamina D, puesto que esta última actúa sobre el metabolismo óseo pero también fortalece el equilibrio y la masa muscular y está implicada en enfermedades autoinmunes, diabetes y obesidad.
- Evitar el consumo de alcohol, tabaco y café porque dificulta la absorción de calcio.
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