El hombro es considerado la articulación más móvil del cuerpo humano pero a su vez la más inestable por ello debemos aumentar la seguridad que tenemos en ellos trabajando ejercicios específicos de estabilidad escapular. Posee tres grados de libertad permitiendo orientar el miembro superior en los tres planos del espacio (frontal, sagital y transversal).
Al hablar de estabilidad escapular se debe tener en cuenta que la articulación glenohumeral (húmero y escápula) es una articulación incongruente, ya que sus superficies articulares son asimétricas, existiendo un contacto limitado entre ambas. Es la capsula articular y sus refuerzos ligamentosos junto con trapecio superior, inferior y serrato los que estabilizan dicha articulación y ejercen de estabilizadores primarios.
Como estabilizadores secundarios o dinámicos se encuentra el manguito rotador: supraespinoso, infraespinoso, redondo menor y subescapular. La contracción de sus fibras crea fuerzas compresivas que estabilizan la cabeza humeral en la cavidad glenoidea.
Otro factor importante que añade firmeza a la articulación del hombro es el mecanismo amortiguador que ejercer la articulación escapulo torácica. El deslizamiento de la escapula por toda la pared torácica absorbe los impactos directos e indirectos sobre el hombro.
→Por ello es que tendremos que trabajar tanto ejercicios de fortalecimiento del manguito rotador como ejercicios para serrato y trapecio. En cuanto al rango de entrenamiento de los ejercicios serán alrededor de las 3 series de 10 repeticiones.
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