El running es un deporte muy popular que en la última década ha aumentado su número de practicantes de forma considerable, ya no sólo como un medio de recreación sino también con objetivos de mejora cardiovascular, pulmonar y cambio de composición corporal y fitness.
Debido a este aumento considerable de adeptos, también ha incrementado el índice de lesiones (entre 19,4-79,3%) y con ello, la preocupación por su prevención y tratamiento. Este hecho ha producido que la amortiguación de la zapatilla convencional haya sido puesta en cuestión (podría tener un efecto negativo sobre la función del pie) en beneficio de nuevas especialidades como el “Barefoot”, correr descalzo o con zapatillas minimalistas (muy poca amortiguación).
¿Cuál es la diferencia principal entre las zapatillas convencionales y las minimalistas?
Zapatillas con amortiguación: la mayoría de corredores aficionados impacta en el suelo (fase de ataque) con el talón produciéndose un mayor impacto articular y una menor absorción del mismo (desgaste articular).
Zapatillas minimalistas: son zapatillas con una amortiguación mínima que permiten tanto una propiocepción máxima del pie como un movimiento totalmente natural del mismo en el gesto de zancada. Estos corredores apoyan la parte media del pie permitiendo una mayor absorción de fuerzas y una mejora cinética general.
Esta mejora cinemática y de técnica de carrera del apoyo con el suelo desemboca en diferencias en cuanto a:
- Tasas de carga e impacto de articulaciones como tobillo y rodilla con el suelo
- Rango de movilidad articular
- Activación muscular
Estas pequeñas modificaciones podrían proteger contra una mayor incidencia de lesiones.
Consejo profesional: A pesar de los posibles beneficios del calzado minimalista, antes de probar nuevas zapatillas con una menor amortiguación, es necesario trabajar con profesionales cualificados aspectos tan importantes para las articulaciones y la musculatura del miembro inferior como la fuerza, la velocidad, prevención de lesiones y sobre todo la técnica de carrera. Además resulta de vital importancia realizar una adecuada progresión comenzando por andar, trotar y después correr, ajustando la planificación de forma progresiva y sobretodo racional.
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