El dolor muscular de inicio tardío o más coloquialmente llamadas agujetas corresponde a un dolor musculo-esquelético producido entre las 24 y 48h posteriores a la realización de una actividad física poco habitual o ejercicios de alta intensidad que impliquen actividad muscular excéntrica (descrita en anteriores post).
Desde una persona que no haya hecho ejercicio nunca hasta el más experimentado de los deportistas ha padecido alguna vez en su vida este tipo de dolor tardío al realizar alguna actividad a la cual no estaba acostumbrado. Pero, ¿cuál es la mejor forma de mitigar o reducir ese dolor? Hoy analizamos un estudio que compara la recuperación a través de la famosa inmersión en agua fría post-ejercicio y terapia pasiva (reposo).
Este dolor se caracteriza por la aparición de rigidez pasiva, disminución del rango articular, dolor localizado, inflamación, disminución de la resistencia y fuerza en las extremidades, etc.
Entre todos los diferentes tipos de estrategias para prevenir y disminuir la aparición de agujetas están: la terapia manual, estiramientos, aine’s, hidroterapia, vendrás compresivas y la que hoy analizaremos, inmersión en agua fría. Corresponde a una de las intervenciones más utilizadas en la medicina deportiva, orientada principalmente a minimizar el dolor muscular de inicio tardío y promover la recuperación.
La metodología utilizada comúnmente fue desde inmersiones de 1’ y descanso de 1’ realizado tres veces a una temperatura de 5ºC hasta inmersiones de 15 min de forma prolongada a una temperatura de 15ºC.
Su práctica se fundamenta en las micro-lesiones que se producen a la hora de realizar ejercicio excéntrico o actividad a la que no se está acostumbrado, ya que las zonas expuestas al frío inmediatamente después del ejercicio podrían tener un efecto modulador sobre la inflamación de los tejidos afectados. Otra teoría seria también el efecto de vasoconstricción que estimularía el retorno del flujo sanguíneo y el transporte de residuos metabólicos.
Los resultados de esta revisión demuestran que la inmersión en agua fría podría disminuir el dolor muscular de inicio tardío.
Como conclusión se establece que es razonable recomendar la inmersión en agua fría post-ejercicio como complemento a las diferentes técnicas encaminadas a la disminución del dolor tardío post-ejercicio.
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