La pubalgia significa literalmente dolor en la zona inguinal y púbica que se puede irradiar a zonas próximas, como la región de los aductores y la región abdominal baja. Además puede existir dolor en la contracción de la musculatura abdominal, flexores y aductores de cadera, como también dolor y sensibilidad a la palpación de la sínfisis del pubis.
Es desencadenada por un exceso de solicitación mecánica de las diferentes estructuras músculo-esqueléticas de la cintura pélvica. La incidencia en la población estudiada hasta la fecha, centrada en deportistas generalmente, es del 5-18%.
La pubalgia es más frecuente en los hombres, debido a la práctica de actividad deportiva. Fundamentalmente, es una patología que aparece en atletas que practican diversos deportes, como es el caso del fútbol, hockey, rugby, halterofilia, ciclismo, esquí o incluso corredores de fondo, tanto en deportistas de alto nivel como amateur.
En cualquier caso la mayoría de estudios demuestran la gran incidencia de dolor inguinal en deportistas sometidos a un entrenamiento intensivo y diario en deportes que requieren movimientos explosivos de las extremidades inferiores, aceleraciones rápidas, movimientos de rotación de la columna y la cadera, cambios bruscos de dirección, de ritmo o de velocidad, el gesto repetitivo de golpeo y los desplazamientos laterales.
Las principales causas de la pubalgia o dolor inguinal son: Las lesiones músculo-tendinosas de rectos abdominales, aductores de muslo y flexores de cadera, la debilidad de las paredes inguinales, las hernias inguinales y la osteoartropatía de la sínfisis. Otras causas serían las fracturas por estrés o avulsión de la pelvis, patologías genitourinarias, osteítis púbica, compresiones nerviosas y la disminución de la movilidad de la cadera.
En cuanto al tratamiento decir que se basa en métodos fisioterápicos, centrados en: reposo inicial, eliminación del dolor, programas de entrenamiento neuromuscular, los cuales, se centrarán en el fortalecimiento de aductores y del complejo lumbo-pélvico y en la realización de ejercicios isométricos, concéntricos y también excéntricos, y en la recuperación del rango articular de la cadera mediante estiramientos y flexibilización de estructuras principales involucradas. No se descarta la realización de técnicas fisioterápicas tradicionales, tales como masaje, técnicas de energía muscular o acupuntura.
Una terapia de ejercicio que va desde el ejercicio estático a otros más funcionales, acercándonos progresivamente a gestos técnicos de la actividad deportiva correspondiente.
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