El esguince de tobillo es una de las lesiones más frecuentes del aparato locomotor, y de las que más se produce en el deporte (sobre todo en deportes colectivos con cambios de apoyo y saltos), siendo tan importante su tratamiento como su prevención.
Los esguinces de tobillo se clasifican en:
- Grado I (leve): estiramiento ligamentoso sin ruptura, leve inflamación y mínima pérdida de funcionalidad. No existe inestabilidad.
- Grado II (moderado): ruptura parcial o incompleta del ligamento con inestabilidad de leve a moderada, edema con presencia de hematoma y, dolor en la parte anterior y lateral del tobillo. Limitación parcial de la función y el movimiento.
- Grado III (severo): ruptura completa del ligamento, importante edema con hematoma, inestabilidad de moderada a severa y, pérdida de la función y el movimiento.
En el grado I donde no hay ruptura de ligamento generalmente se podrá continuar la actividad sin dolor en el momento de la lesión, y se podrá reanudar su actividad deportiva normal en 10-15 días. Sin embargo, en grado II y III donde si hay rotura de ligamento, el dolor es agudo en el inicio de producirse la lesión que le obliga a retirarse de la actividad y, seguidamente existe un periodo de no dolor.
En cuanto al tratamiento del esguince de tobillo decir que ante todo debe ser funcional, en el que se lleve a cabo movilización, reanudación precoz del apoyo del pie y readaptación de la marcha, y ejercicios propioceptivos. Los estudios revisados muestran que el 70-90% de los casos tras un tratamiento funcional obtienen buenos resultados. Sin embargo, el 10-30% desarrollan inestabilidad crónica o dolor.
La primera fase del tratamiento fisioterápico, tras producirse la lesión, se centrará en la reabsorción del edema y disminución del dolor. Para ello, se aplicará hielo durante 10 minutos y 3-4 veces al día, mantener el pie elevado, colocar un vendaje funcional y reposo durante las primeras 48 horas. Posteriormente, se llevará a cabo un masaje circulatorio suave, movilizaciones de todas las articulaciones del pie, fortalecimiento de los músculos de la pierna (peroneos laterales y tibial posterior). Por último, pasaremos a la reanudación de la marcha de forma progresiva y después comenzará la readaptación sobre diferentes terrenos donde se trabajará la propiocepción del tobillo.
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