La tendinopatía de la pata de ganso (sartorio, grácil y semitendinoso) se considera una patología causada por sobreuso que se asocia y a veces es consecuencia de una bursitis. Termina en la degeneración crónica local de los tendones afectados.
Esta lesión aparece en deportes que exigen movimientos bruscos y repetidos, desplazamientos de un lado a otro, balancear o pivotear sobre las rodillas, como son deportes de raqueta, baloncesto, fútbol, etc. También se manifiesta en corredores de fondo que presentan una hiperpronación de su retropié, isquiotibiales débiles y un cuádriceps dominante, potente y tenso; y que han incrementado su nivel de actividad o debido al suelo sobre el que corren.
Un entrenamiento deficiente, una técnica incorrecta, correr excesivamente en pendientes, superficies convexas, terrenos muy irregulares y grandes distancias, con periodos de descanso cortos entre sesiones, etc., son errores relacionados con esta patología. Debemos destacar que esta lesión es frecuente en mujeres de mediana edad, obesas, de pelvis ancha y rodillas en valgo.
La tendinopatía en la pata de ganso se caracteriza por la presencia de dolor en la inserción de los músculos semitendinoso, recto interno o grácil y sartorio en la cara anteromedial proximal de la tibia al correr, subir y bajar escaleras o pendientes, levantarse bruscamente de un asiento bajo («al saltar de la silla») o de una posición de sentadillas o cuclillas, e incluso en bipedestación en carga o caminando, en los casos graves. A veces llega a ser intenso y persistente e incluso nocturno.
En cuanto al tratamiento, en relación con la actividad, hay que restringir las actividades físicas extenuantes. El reposo será de 24 a 48 horas en fase aguda o exacerbación de síntomas. Hay que optimizar y adaptar de forma personalizada la actividad física, respetando su condición física y sus limitaciones y siguiendo un proceso de calentamiento, estiramiento, intensidad, progresión, etc. En caso de haber alteraciones biomecánicas en la marcha o en la carrera es obligatorio corregir esos defectos mediante técnica de carrera.
Después de alcanzar un arco de movimiento libre e indoloro con una buena fuerza isométrica, se debe completar la recuperación y reacondicionamiento muscular trabajando fuerza y resistencia.
El tratamiento de la patología de la pata de ganso requiere desarrollar unos isquiotibiales y un cuádriceps flexibles y fuertes, siendo esto esencial para su manejo y prevención. Los pacientes con patología de la pata de ganso necesitan trabajar en un programa de estiramiento y fortalecimiento de los isquiotibiales en concurrencia con un programa en cadena cerrada de fortalecimiento del cuádriceps y de la musculatura pelvifemoral, tanto abductora como aductora, fundamentalmente en los últimos 30º de la extensión. Estos programas generalmente deben ser enseñados y controlados por un fisioterapeuta o por el entrenador.
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