Deformidad que consiste en la desviación lateral del dedo gordo del pie que desencadena una prominencia en la cabeza del primer metatarsiano.
El hallux valgus es la principal patología tratada en la consulta de atención primaria y secundaria en cuanto a enfermedades del pie y el tobillo. Esta deformidad también va a tener repercusión en el resto de dedos (engrosamiento del segundo metatarsiano, luxación de la segunda articulación metatarsofalángica, etc.).
Alrededor del 20% o más de la población lo padece y con su detección temprana se puede llegar a corregir el problema y, conjuntamente con él, todas las consecuencias que puede desencadenar o agravar. Además, este tipo de problema, se acompaña de sintomatología dolorosa y puede producir enrojecimiento e inflamación en el juanete (bursitis, exóstosis), artrosis y distensión capsular, callosidades, segundo dedo en garra y metatarsalgia de apoyo.
En cuanto a los factores de riesgo encontramos los siguientes: las mujeres son las principalmente afectadas (en el 95% de los casos), las personas mayores de 50 años tienen mayor probabilidad de sufrir esta patología, los antecedentes patológicos personales de pie plano y los antecedentes de artritis reumatoidea; sin descartar la importancia de la predisposición genética en la aparición de la enfermedad.
Otro factor implicado sería la acción del calzado, sobre todo el uso de calzado inadecuado (zapatos firmes que estrechan la parte delantera durante un periodo largo de tiempo) que juega un papel determinante en el desarrollo de esta patología. Los tacones altos y estrechos son las causas primarias de hallux valgus ya que crea no sólo una mala distribución del peso, porque el peso del cuerpo queda sobre los dedos y no sobre todo el pie, provocando que el dedo gordo se incline hacia los otros dedos.
Por último, en el tratamiento se podrán utilizar medidas conservadoras, como el tratamiento fisioterápico, calzado adecuado (cómodo y amplio), plantillas, ejercicios, evitar estar muchas horas de pie, etc. donde se aliviará la presión sobre el “juanete” y el resto de dedos. Sin embargo, una vez establecida la deformidad el único tratamiento eficaz sería el tratamiento quirúrgico. Las premisas de este tratamiento deben ser el conseguir un pie no doloroso o al menos disminuir en la medida de lo posible las molestias y el conseguir un pie lo más funcional posible.
LUCÍA DÍAZ LAX
FISIOTERAPEUTA COLEGIADO Nº 2064
Deja una respuesta