Durante los episodios de lumbalgia, el reposo absoluto generalmente, es una acción contraindicada, pues prolonga el estado de lumbalgia y la incapacidad laboral. La mejor recomendación es mantener el mayor grado de actividad física que el dolor permita. En el caso de ser necesario reposo en cama, éste debe ser lo más breve posible y durar un máximo de dos días. Pues se estima que cada día de reposo en cama conlleva una pérdida del 2 % de la fuerza muscular.
Lumbalgia y ejercicio
- En pacientes con lumbalgia, la actividad física reduce el dolor y aumenta la capacidad funcional. Tanto a corto, como a largo plazo, el ejercicio es la mejor opción frente al reposo.
- Se reducen tensiones en las vertebras y hay una mejor nutrición de los discos intervertebrales
- Se mantiene la condición física y se previenen futuras recaídas
- Menor riesgo de desarrollar osteartritis (muy común en lumbalgias repetidas)
El ejercicio se encuentra entre los tratamientos más prescritos para los pacientes con lumbalgia crónica. Ya que permite acelerar la recuperación. Favoreciendo así el retorno a la vida diaria y laboral. Además, se han demostrado mayores beneficios cuanto mayor sea la duración del programa de ejercicio. Siempre supervisado por un profesional de la salud.
Lumbalgia y reposo
Por el contrario, la inactividad física genera pérdida de coordinación y potencia muscular y posteriormente, atrofia; en los casos de lumbalgia crónica dificulta la recuperación espontánea. Diversos especialistas han coincidido que el ejercicio físico aplicado en la lumbalgia crónica es más efectivo que otras terapias utilizadas.
- Uno de los problemas que puede tener el ejercicio sería la aparición de dolor a las 24-48 horas de ser realizado. Estos serían normales pues son causados por las micro-roturas en las fibras musculares. Pero no se debe a un empeoramiento del proceso.
- Este hecho podría causar confusión y una mal interpretación de los efectos del ejercicio.
- La adherencia al programa de ejercicio es fundamental para mejorar el dolor
Por tanto, el tratamiento con ejercicios parece ser la intervención de terapia física más utilizada en las personas con dolor de espalda; en el cual, su objetivo es disminuir o eliminar el dolor, restaurar y mantener el rango de movimiento, mejorar la fuerza y resistencia de la musculatura, lo que contribuye a la pronta restauración de la función normal, proporcionando una mínima posibilidad de recaída.
Los tipos de ejercicios más utilizados para la recuperación en pacientes con lumbalgia incluyen ejercicios de fortalecimiento para la musculatura del tronco, movilización de las articulaciones, estiramientos, ejercicios aeróbicos, así como un entrenamiento para mejorar el control abdominal, y ejercicios de estabilización y resistencia. Además, resaltar que el ejercicio aeróbico de bajo y moderado impacto ayuda a la mejora del dolor lumbar.
Entre las intervenciones activas, los ejercicios de estabilización lumbo-pélvica representan una mayor reducción de la incapacidad funcional, así como de la intensidad del dolor en el tratamiento de la lumbalgia, comparado con programas de tratamiento conservadores.
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