¿Que es la diabetes tipo II?
La diabetes tipo II es una enfermedad que se caracteriza por una hiperglucemia (aumento de glucosa en sangre). Este aumento se produce por la incapacidad de la insulina (hormona encargada de captarla) para transportarla hacia los tejidos (músculos principalmente). En consecuencia, si la glucosa no es utilizada como combustible, es almacenada provocando trastornos metabólicos.
Alimentación y diabetes tipo II
Adaptar la alimentación ante este tipo de patología es fundamental. Es decir, sin lugar a dudas hay que modificar hábitos reduciendo alimentos que eleven la glucosa en sangre:
- Azúcares: zumos de frutas, yogur y leche azucarada, chocolate, bebidas con azúcar y bollería o pastelería
- Almidones: pan, cereales, legumbres y bollería
- Productos integrales: su efecto sobre la elevación de la glucosa es más lento que los refinados. Por lo que representan la mejor opción para este tipo de población. No obstante, su consumo ha de ser moderado igualmente. No se trata de eliminar completamente de la dieta, pero sí de controlar mucho su consumo semanal.
- Proteínas y grasas: si se consumen en la cantidad adecuada su efecto sobre la glucosa en sangre es mínimo. Eso no significa que haya carta libre en cuanto a cantidad se refiere, pues comer en exceso estos alimentos conlleva aumento de peso y alteraciones metabólicas.
Ejercicio como regulador principal
La actividad física debe ser considerada como una parte fundamental en la regulación de la glucosa sanguínea.
- Mejora de la sensibilidad a la insulina: tanto durante como después del entrenamiento las células utilizan mejor la glucosa
- Durante la contracción muscular (ejercicio), se activan otros procesos que permiten utilizar la glucosa como combustible (independientemente de la insulina)
- Un entrenamiento adecuado puede reducir los niveles de glucosa sanguíneos hasta pasadas 24 horas, haciendo que nuestro cuerpo sea más sensible a la insulina
Factores de riesgo
Esta enfermedad se ve afectada y acrecentada por varios factores principales:
- Edad: se están aumentando muchísimo los casos de DM2 en la mediana edad (45-55 años)
- Antecedentes familiares. aumentan hasta 3 veces el riesgo de sufrir DM2
- Sobrepeso y obesidad: tener un IMC > de 25-30 kg/m2 aumenta el riesgo de intolerancia a la glucosa y DM2 exponencialmente
- Sedentarismo: no gastar energía supone un aumento de peso y una mayor dificultad para consumir glucosa. la actividad física disminuye considerablemente este factor
- Tabaquismo: independientemente de la dosis, fumar aumenta el riesgo de DM2
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